domingo, 23 de agosto de 2015

Anoche vi la lluvia y te vi a ti
la noche, tu y yo, 
la niebla, los dos.

Huesos míos que se congelan 
y sólo se derriten
con tus flores de abrazos
brazos fuertes y morenos,
que soportaron tantos rasguños
tantos maullidos.

Hoy soy la gata ingrata
tu niña virgen y prodiga,
la mal amada
la mal cuidada
hoy vengo escapando
escapando de tu memoria.
Hay veces en que tu día cambia, de la nada te salen alas y eres una mariposa o una hada, o una maripohada, no sé. Estas tan conectada que sientes cada latido de tu corazón y cada río en las arterias, cada suspiro dentro y fuera de los grumosos pulmones.
Crees que ya te conoces ( y eso si que es  una visión, premonición, digna de una clarividente) .
Te enamoras de la nubes, de los colores, de los sonidos, de los sabores. Te enamoras del mismo amor y amas tanto que no sabes como repartir en fracciones lo que te hace temblar. ¡Pero qué felicidad!