Anoche vi la lluvia y te vi a ti
la noche, tu y yo,
la niebla, los dos.
Huesos míos que se congelan
y sólo se derriten
con tus flores de abrazos
brazos fuertes y morenos,
que soportaron tantos rasguños
tantos maullidos.
Hoy soy la gata ingrata
tu niña virgen y prodiga,
la mal amada
la mal cuidada
hoy vengo escapando
escapando de tu memoria.
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